Carrito

Cuando llega marzo parece comenzar realmente el año, ya que se suman nuevas responsabilidades y una mayor carga de trabajo que si no se enfrenta de buena forma, puede provocar inquietud. Pero si te lo propones, puedes comenzar a mirar este periodo de una forma más positiva. Aquí te contamos cómo lograrlo:

1. Organízate y no te agobies

 Por lo general, el mes de marzo viene cargado de más responsabilidades, proyectos y nuevos desafíos. Toda esta información puede llegar a abrumar y generar nerviosismo si no se enfrenta adecuadamente. Por eso, lo mejor es planificar los meses que vienen para visualizar de mejor forma lo que queda por hacer.

Es importante ir paso a paso con las responsabilidades, no angustiarse ante la carga de trabajo ni tampoco dejarse agobiar por otros. Si se lleva un orden, con plazos y objetivos bien definidos, será más fácil enfrentar todas las responsabilidades.

 2. Rodéate de personas positivas

La actitud positiva se transmite. Por eso, es bueno rodearse de personas que tienen una visión de la vida más optimista, sobre todo en el trabajo.  Los ambientes positivos abren espacio a la creatividad y generación de ideas nuevas, haciendo más eficientes los  tiempos de trabajo.

 Quienes constantemente se quejan o están atacando a los demás, contribuyen  a generar un ambiente negativo que impide, entre otras cosas, ser productivo y eficiente.  Esto es muy común en los espacios de trabajo, pero puede evitarse teniendo mayor cercanía con aquellas personas que transmiten una actitud más alegre y entusiasta, y logrando enfocarse en los propios recursos para hacer frente a situaciones de este estilo.

 3. Aplica el sentido del humor

Cuando se está frente a situaciones de mucha presión o algo no sale como lo esperamos, es común entrar en un estado de angustia o frustración, que es posible evitar si se le quita gravedad a ciertos asuntos.

El trabajo y las responsabilidades deben tomarse siempre con seriedad, pero una cuota de humor en el momento indicado puede lograr que tú y tus compañeros comiencen a ver el trabajo desde otra perspectiva más positiva. Bromear con el resto de vez en cuando o reírse de los propios errores, es una forma de liberar tensiones que además puede estimular la creatividad para resolver de mejor forma los conflictos o crisis.

 4. Enfrenta cada jornada con entusiasmo

Levantarse temprano y sentir que se entra en la misma rutina día a día, es agotador. Pero la mayoría de las veces, esto puede revertirse pensando en que cada nueva jornada es una oportunidad para aprender y crecer.

Es tarea de cada uno plantearse cada día como un nuevo desafío en el que pueden ocurrir cosas inesperadas que llegarán a enriquecernos. Aliméntate de pensamientos al despertar, tómate el tiempo que necesites para comenzar de buena forma tu jornada, desayuna saludable y prepárate para partir.

Evita llegar con una predisposición negativa a tu lugar de trabajo, ya que eso influirá en la forma en la que enfrentes tus tareas diarias e incluso en tus relaciones al interior del trabajo. Incluso, tu productividad puede disminuir  repercutiendo negativamente en tu estado de ánimo.

 5. Deja espacio para las actividades que te gustan

Si tienes una actividad que te apasiona, no la postergues y dedícale el tiempo necesario para disfrutarla. Estos espacios, permiten sacarte de la rutina habitual, mejoran el ánimo, estimulan tu creatividad y levantan tu autoestima.

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