Nuestros hábitos alimenticios determinan en gran medida el funcionamiento de nuestro organismo. Una buena alimentación adaptada a nuestras necesidades nutricionales promueve la salud y previene las enfermedades.
El organismo necesita alimentarse para vivir. Los nutrientes que obtiene de los alimentos le permiten funcionar correctamente y hacer frente a las actividades diarias. Pero el papel de alimentación va mucho más allá: los recientes avances en nutrición de las últimas décadas nos han permitido determinar la importancia de una correcta alimentación a la hora de promover la salud física y mental, prevenir las enfermedades y, en general, mejorar nuestra calidad de vida.
Los nutrientes son aquellas sustancias presentes en los alimentos que metaboliza el organismo para funcionar. Existen varios tipos de nutrientes y todos cumplen su función específica. Una alimentación equilibrada es la clave para mantener una buena salud.
Las proteínas
Las proteínas son las encargadas de la formación y la regeneración del tejido muscular. También fortalecen nuestras defensas frente a infecciones y agentes externos y son las encargadas de transportar otro tipo de nutrientes, como las grasas.
Grasas e hidratos de carbono
Las grasas y los hidratos de carbono tienen la función principal de obtener la energía necesaria para que el organismo pueda realizar funciones vitales como el bombeo de la sangre, el funcionamiento pulmonar o el correcto mantenimiento de la temperatura corporal.
Vitaminas y minerales
Las vitaminas y los minerales regulan los procesos del organismo para que funcionen correctamente y se eviten posibles trastornos y enfermedades.
La fibra
La fibra promueve el buen funcionamiento de los sistemas de evacuación de residuos del organismo.
Cereales integrales
A grandes rasgos, se trata de incrementar el consumo de cereales integrales, como el arroz y la avena. También el trigo, pero dado que este está presente en prácticamente todo lo que consumimos, es preferible reducir la cantidad de este y apostar por otras alternativas más saludables.
Los cereales integrales presentan la ventaja de incluir fibra, que no solo hará que te sacies antes, sino que además favorecerá el tránsito intestinal. Sin embargo, puesto que los carbohidratos se transforman en glucosa en nuestro organismo para obtener energía, debes adaptar la cantidad que consumes a tu gasto energético.
Aumenta las legumbres
Las legumbres son una fuente excelente de hidratos de carbono y de proteínas, así que constituyen una opción adecuada si quieres reducir el consumo de carne.
Frutas y verduras como aliadas
La forma más sencilla de mejorar la alimentación es convertir a las verduras en las grandes protagonistas de tus platos. Además de ser más ligeras que otros alimentos, son una fuente de vitaminas y minerales, imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo.
Más pescado y menos carne
Aunque hoy en día los niveles de ciertos minerales como el mercurio también son más elevados de lo que nos gustaría en algunos pescados, siguen siendo mejor opción que la carne. Eso sí, si optar por pescado, lo ideal es que sea fresco y no enlatado, ya que de nuevo volvemos a los conservantes.
En lo que respecta a la carne, es preferible evitar las rojas o limitar su consumo a una vez por semana. Ten en cuenta que la carne, de cualquier tipo, incluye las hormonas y los antibióticos que se les da a los animales para el consumo humano. Por lo tanto, no solo se trata de cuestiones éticas, sino de nuestra salud.
Aceite de oliva en lugar de refinados
El aceite de oliva tiene un precio más elevado que otras variedades, ya que su calidad es superior. Optar por él no solo te ayudará a obtener nutrientes, sino también a enriquecer tus platos con su sabor. El de girasol debe utilizarse únicamente de manera excepcional.
En cuando a los refinados, su consumo es perjudicial para la salud. Debes tener presente que en la mayoría de establecimientos el aceite se reutiliza en la cocina, lo que hace que pierda sus propiedades y se convierta en altamente dañino.
En cualquier caso, siempre es recomendable consultar con un especialista en nutrición para conocer cómo sería nuestra dieta más adecuada según nuestras características personales y nuestro estilo de vida. Un profesional será capaz de aconsejarte de forma personalizada y en función de tu rutina diaria y de tus hábitos alimenticios.