Toda una serie de sistemas se activan cuando nuestro cerebro percibe un estímulo estresante. El sistema simpático y parasimpático, inmunitario, hormonal, eje hipotálamo- pituitario-suprarrenal y procesos moleculares de todos los órganos promueven la adaptación para volver a lograr la estabilidad. Sin embargo, cuando un estímulo estresante se mantiene mucho tiempo se puede producir un agotamiento de la respuesta y mal funcionamiento del órgano.
Así ocurre por ejemplo en el sistema inmunitario donde un factor estresante agudo activa una respuesta inmunitaria por la activación de mediadores como las citoquinas dando buenos resultados para curar una infección o una herida, sin embargo, una exposición crónica al mismo factor da como resultado una supresión inmunológica y resta capacidad para curar la misma infección o herida. El estrés crónico debilita el sistema inmunitario y puede promover la aparición de disfunciones celulares.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los circuitos neuronales del sistema nervioso se van modificando a partir de experiencias. En un cerebro sano y resistente surgirán conductas apropiadas ante el reto que tiene delante, probablemente se dé un episodio inicial de alerta y ansiedad para recuperar la calma con la satisfacción de haber superado la prueba. Si hablamos de un cerebro no saludable o con circuitos desadaptativos, estos pueden desencadenar respuestas patológicas como insomnio, aumentar el consumo de alcohol o tabaco, comida poco sana, aislamiento social, etc.
Ponte en movimiento para controlar el estrés
Si tienes síntomas de estrés, tomar medidas para controlar su estrés puede tener muchos beneficios para la salud. Explora estrategias de manejo del estrés, como las siguientes:
- Hacer actividad física con regularidad
- Practicar técnicas de relajación, tales como respiración profunda, meditación, yoga, taichi o masajes
- Mantener el sentido del humor
- Pasar tiempo con la familia y los amigos
- Reservar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música
Trata de encontrar maneras activas de controlar el estrés. Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo.
Y asegúrate de dormir lo suficiente y mantener una alimentación saludable y equilibrada. Evita el uso de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol, y el uso de sustancias ilegales.