La coenzima Q10 (CoQ10) es una molécula que produce nuestro organismo de forma natural y que desempeña una función esencial en la generación de la energía necesaria para el desarrollo de las funciones vitales, porque contribuye a transformar los nutrientes que ingerimos a través de la dieta en energía.
Los niveles de Q10 son elevados en el cuerpo humano en los primeros 25 años de vida, pero el envejecimiento, el estrés continuado, y el consumo de tabaco o de ciertos medicamentos, como las estatinas, reducen progresivamente su presencia en los tejidos que más la necesitan como el hígado, el corazón, o los riñones.
A partir de los 40-45 años, los suplementos de coenzima Q10 pueden ayudarnos a recuperar en cierta medida esa energía natural del cuerpo que teníamos en la juventud
La Q10 también se puede obtener a través de la alimentación; las carnes rojas, las de ave (pavo, pollo), las vísceras, el pescado azul (sardinas, trucha, atún, anchoas), hortalizas (espinacas, brócoli, coliflor o zanahorias), frutas (naranja, fresas), frutos secos (pistachos, nueces, cacahuetes…), entre otros alimentos, contienen cantidades variables de Q10, que el organismo sintetiza a través de reacciones químicas que precisan de vitaminas del grupo B (B2, B3,B5, B6, B12) y vitamina C, por lo que es recomendable consumir productos que contengan estos nutrientes.
Hay que aclarar que este aporte en ocasiones es insuficiente, por ello, y para recuperar en cierta medida esa energía natural del cuerpo que teníamos en la juventud, a partir de los 40-45 años también se puede recurrir a la toma de complementos alimenticios de Q10, unos efectos que como veremos pueden notarse por dentro y por fuera de nuestro cuerpo.