El sistema circulatorio es el más afectado ante el estrés que vivimos día a día, así como ante la prisa con la que se vive, que a su vez impide que se lleve una buena alimentación y se deje de lado el sedentarismo.
Aunque generalmente se recomienda realizar ejercicios aeróbicos como las típicas caminatas de 20 minutos diarios, el running y el baile; hay otra actividad que si bien es más calmada, también aporta un montón de beneficios al sistema circulatorio.
El yoga en sí requiere de una gran capacidad para relajarse, aunque también sirve para fortalecer el cuerpo.
De igual forma, no podemos olvidar que parte de su técnica necesita de mucha calma y una buena respiración; porque si, no todo el mundo sabe respirar bien y profundamente.
Si del corazón se trata, el yoga también aporta beneficios para el sistema circulatorio, especialmente si se practica desde temprana edad para evitar problemas en el corazón en la vejez.
Muchos menosprecian esta disciplina por su tranquilidad, pero es más que respiraciones tranquilas y mantras, pues incluye posturas de torsión, relajación, fuerza y flexibilidad.
El implementar ejercicios de relajación mejoran la circulación principalmente en las extremidades.
Asimismo, interviene en la oxigenación de las células para que funcionen mejor, mientras que las posturas de torsión estimulan la fluidez sanguínea de los órganos internos; para que el tejido se mueva con mayor rapidez cuando se relaja el cuerpo.
No podemos dejar de hablar de las posturas invertidas, esas que te ponen de cabeza.
Su realización provoca que la sangre baje de las caderas al corazón, aliviando de inflamación en dichas extremidades si lo padeces claro está.
Otro punto que ayuda al sistema circulatorio, es que mejora los niveles de hemoglobina y glóbulos rojos. También disminuye las probabilidades de sufrir un ataque al corazón, infartos o trombosis.
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