Una dieta rica en vitaminas es fundamental durante todo el año, también en invierno. Igual que en verano es vital debido a las altas temperaturas y la exposición a los rayos del sol, en invierno las bajas temperaturas y la falta de luz solar provocan un importante déficit de vitaminas.
Con el fin de que nuestro cuerpo se pueda adaptar de manera adecuada a estos cambios, es importante ayudarle con una correcta alimentación. Para ello, debemos tomar alimentos de temporada ricos en vitaminas y nutrientes. Seguir una dieta sana y equilibrada, además de hacer ejercicio físico con regularidad, es la mejor manera de reforzar el sistema inmunológico.
RECARGA TU CUERPO CON ALIMENTOS DE TEMPORADA
Lo primero que debes tener claro es que es importante consumir alimentos de temporada. No solo son los más frescos, por lo que conservan mejor sus nutrientes, también son la mejor manera de asegurarte la ingesta de las vitaminas necesarias para esta época tan fría. Y, ¿Cuáles son estos alimentos?
- Verduras. Las verduras como las acelgas, las espinacas, el brócoli o las coles son propias del invierno. Son grandes fuentes de vitaminas C, E y K, lo que te ayudará a fortalecer el sistema inmunológico y, además, tienen un alto aporte en fibra. Puedes consumirlas solas, pero opciones como menestras, purés o caldos son también excelentes ideas.
- Naranjas, limones y mandarinas. Si hay una familia de fruta por excelencia de la temporada invernal, esa es la de los cítricos. Además de ser fuente de un gran número de vitaminas, sobre todo la C, y minerales, protegen el sistema digestivo. Por otro lado, ayudan a controlar los niveles de colesterol y ácido úrico. No te olvides de otras frutas de temporada, como el kiwi, la pera o la manzana.
- Legumbres. Las más habituales son las lentejas y los garbanzos, pero también destacan otras, como las habas o los guisantes. Aportan, sobre todo, vitaminas del complejo B, como B2, B3, B6, B9, pero también vitaminas A, E y C. Por si fuera poco, la gran mayoría destacan por su gran aporte en proteínas y fibra. Además, son fuente de minerales como el hierro, el zinc, el magnesio, el sodio, el potasio, el hierro o el calcio.
- Zanahorias. Esta hortaliza conocida por todos es una fuente importante de vitaminas como la A y la E, además de la fibra. Aunque es más propia de los meses calurosos, también se puede encontrar en invierno y es, además, muy rica en betacaroteno, un antioxidante bueno para el corazón y las arterias.
Además de estos productos, no te olvides de complementar tu dieta con otros alimentos que están disponibles todo el año. Hablamos del pescado, muy rico en vitamina D, o de la carne, que ofrece un importante aporte de vitaminas como B1, B6 y B12 y altas cantidades de hierro, fósforo, zinc y selenio. ¿Sabías que la cebolla es una fuente de potasio y de vitamina C? ¡Además da un sabor especial a todos tus platos!
LAS VITAMINAS QUE NO PUEDEN FALTAR EN INVIERNO
No hay ninguna duda de que tener un alto aporte de vitaminas es importante en cualquier época del año, independientemente de qué vitaminas hablemos. Sin embargo, en invierno hay algunas en concreto que no pueden faltar y que se pueden obtener a través de los alimentos que consumimos.
- Vitamina A. Es una vitamina vital para proteger el cuerpo de agentes externos en invierno y reforzar el sistema inmunitario. No solo eso, también aporta beneficios a diferentes órganos, como los riñones, el corazón o los pulmones. La encontrarás en alimentos como la zanahoria, las espinacas o el boniato.
- Vitaminas del grupo B. Son imprescindibles para nuestra salud, ya que ayudan a reforzar el sistema inmunitario. Particularmente importante es el ácido fólico, que ayuda al organismo a crear células nuevas. Una falta de esta vitamina puede debilitar el sistema inmune. Las verduras de hoja, la remolacha o las legumbres son buenas fuentes de ácido fólico.
- Vitamina C. Es importante durante todo el año, pero más aún en invierno. No solo es un gran antioxidante, también ayuda a la producción de colágeno y tejidospara tener los huesos y las articulaciones más fuertes. Además, previene resfriados y gripes. Los cítricos ofrecen un gran aporte de vitamina C, pero también otros alimentos como los pimientos y las espinacas.
- Vitamina D. Al estar menos expuestos al sol durante el invierno, consumir alimentos con alto contenido en vitamina D es vital. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, de tal forma que protege el cuerpo de infecciones y agentes externos. Está presente en alimentos grasos, como el salmón, el atún o las sardinas. Además, la encontrarás en los huevos y ciertos lácteos, como la leche.
- Vitamina E. Al igual que la vitamina C, la E es antioxidante, por lo que es imprescindible para hacer frente a resfriados y enfermedades propias del frío. Además, se cree que ayuda a enfermedades como el cáncer o la artritis. Los frutos secos son una gran fuente de vitamina E, además de los productos integrales.