Cuanto más se acerca el buen tiempo, mayor es la probabilidad de sufrir un episodio de alergia. Las lluvias acumuladas del invierno y los primeros días de sol ayudan a la naturaleza a emprender su nuevo ciclo vital, y junto a este, el aire se llena de elementos que pueden ser dañinos para ciertas personas.
Se conoce como “Alergia primaveral” a la respuesta inmunológica que pueden sufrir ciertas personas frente a sustancias como el polen de las plantas, que en primavera inunda el aire.
La aparición de estos pólenes en la concentración de aire en los meses de primavera aumenta las reacciones alérgicas y la rinitis alérgica estacional en la población. Los que sufrimos de alergia primaveral tenemos que tener en cuenta que cuanto más fuertes hayan sido las lluvias al final del otoño mayor será la polinosis y más intensos los síntomas.
Los síntomas de la alergia primaveral pueden empezar a notarse a los pocos minutos de entrar en contacto con estos pólenes y debemos conocerlos para poder tratarlos lo antes posible:
- Picor en nariz y garganta: la alergia afecta también a la nariz y a la garganta. Cuanto más seca esté la garganta, más picor y molestias podemos llegar a sentir.
- Estornudos y congestión nasal: otro de los síntomas más típicos de estas alergias son los estornudos. Empezaremos a estornudar sin parar y sentiremos la nariz muy congestionada.
- Conjuntivitis: los ojos son las mucosas que antes empiezan a notar las reacciones de la alergia primaveral. Picores que pueden llegar a convertirse en episodios de conjuntivitis o inflamación de la conjuntiva.
- Dificultad para respirar, tos y pitidos: este conjunto de síntomas es conocido como asma polínico y en casos graves de alergia puede llegar a producir un shock anafiláctico.
- Dolor de cabeza: si bien este síntoma no es generado de forma directa por la reacción alérgica al polen, cuando nos enfrentamos a un caso de sinusitis alérgica pueden aparecer estos dolores.
Siempre hay que buscar asesoramiento experto en caso de sufrir alguno de estos síntomas en primavera. Ser consciente de que somos alérgicos es el primer paso para la prevención de esta enfermedad en los meses de más auge y concentración de polen en el aire.